Ser actores sociales que ejecutan una política educativa propia, practican deberes y derechos, mantienen elevada autoestima y ostentan un buen nivel de salubridad; docentes innovadores y promotores de paz; estudiantes críticos emprendedores que saben tomar decisiones y practican la investigación en procesos de aprendizaje, familias debidamente integradas y vinculadas al quehacer educativo.